¿Sabías que siendo tú mismo o tu misma ya eres suficiente? Sí, ahora mismo en dónde estés y en tu circunstancia única, ya eres suficiente. No necesitas parecerte a nadie, ni ser admirado por nadie para ser suficiente. No necesitas esforzarte por gustarle a otros ni por encajar en las exigencias de los demás. Porque cuando te gustas a ti mismo y cuando en vez de buscar a cualquier precio encajar en las expectativas de otros, te concentras en construirte de modo personal creando tu propia realidad y engrandeciendo tu propio mundo, sentirás en el corazón con humildad y alegría, que ya eres suficiente.

En tu papel de madre, en tu papel de padre, en tu papel de ser humano, recuerda algo muy importante: las etiquetas no te adornan, te limitan. Ya eres suficiente. 

Si dentro de la gama interminable que crea la diversidad, perteneces a una minoría que es constantemente estereotipada y estigmatizada, no caigas en la tentación de ajustarte a los límites que ponen las etiquetas. Las etiquetas no te adornan, te limitan. 

Si eres el padre de un hijo con discapacidad, la etiqueta “especial” no te adorna. Te limita. Te limita porque te excluye, te aturde, te pide que hagas algo fuera de serie y te empuja a creer que para amar a tu propio hijo necesitas ser más de lo que eres. Para amar a tus hijo no necesitas ser especial. Lo único que necesitas es abrazar con agradecimiento y alegría la tarea de ser padre, pero sobre todo, necesitas aceptar desde el comienzo que eres un humano como cualquier otro, y que como el resto de los mortales, necesitarás ayuda, consejo, apoyo, y una vida sin presiones ni expectativas absurdas, para darte a ti mismo el derecho a errar, caer, levantarte y aprender. 

Tus hijos no necesitan etiquetas “especiales” ni “angelicales,” ni frases cargadas de condescendencia que intentan disfrazar la sensación de impotencia que a otros les provoca el hecho de creer que la vida para ser valiosa y celebrada viene solo en un envase estandarizado. La vida es hermosa, valiosa, y perfecta en la diversidad sagrada de la creación de Dios.

En sus ojos rasgados, en sus pieles de diferentes tonos, en sus diferentes tamaños y envolturas, cada hijo es un regalo. Un regalo que se valoriza en el amor que recibe de quienes lo aman en sus fortalezas y debilidades, y tienen el poder de ver en ella o él un mundo infinito de posibilidades sin límites ni etiquetas. 

Las etiquetas no te adornan, te limitan. Y cada vez que alguien te pone una etiqueta o se la asigna a tus hijos, están describiendo desde la generalización y definiendo la vida y el futuro de alguien sin la más remota conciencia de que ese alguien es un individuo que nadie puede definir, porque cada día se sigue construyendo a sí mismo. 

Hoy y todos los días de la vida, reflexiona acerca de cómo una vida sin etiquetas es una vida cargada de oportunidades. Una vida que celebra la libertad de ser, de existir, de construirte y de construir a los que amas sin límites ni excusas. Una vida en la cual aceptando tu responsabilidad de ser lo que tú quieras y de apoyar a tus hijos para hacer lo mismo, es el agradecimiento sincero al milagro de despertar cada día sabiendo que tienes el poder de escribir tu propia historia, cargado de orgullo y agradecimiento de ser tú mismo. 

Eliana Tardío
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About Eliana Tardío

Eliana Tardío es la mamá de Emir y Ayelén; ambos con síndrome de Down. Reconocida por su trabajo promoviendo la inclusión natural de las personas por su individualidad, Eliana ha sida reconocida por celebridades como Araceli Arámbula, Thalia, María Celeste Arrarás, Karen Martínez, y más. Su historia ha sido compartida por las cadenas mundiales más importantes: Univisión, Telemundo, CNN, y Azteca América. Nombrada Bloguera Latina Inspiración 2014 en USA, en este espacio Eliana comparte sus vivencias y recursos con más de 200.000 visitantes al mes.

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