Emir tiene síndrome de Down. Está sentado mirando a la cámara con sus audífonos puestos mientras sonríe.

Las pequeñas cosas maravillosas que suceden a lo largo de los años como resultado de la coherencia y la repetición son las pequeñas victorias que celebramos a lo largo de los años. Hoy voy a compartirles un poco de la historia de Emir con los retos sensoriales.

Cuando Emir era pequeño y a lo largo de su crecimiento, luchó mucho con los desafíos sensoriales. A la edad de tres años, solo habían dos o tres cosas que podía comer: nuggets de pollo, yogurt y leche. A medida que crecía, separaba las comidas por textura y solo comía las que podía masticar. Incluso hablando de las cosas que quería comer con todas sus fuerzas, como hamburguesas o pizza, separaba todos los ingredientes y los comía uno a uno.

Para alguien como yo, que ama las frutas, las verduras y siempre ha estado obsesionado de buena manera con la nutrición y un estilo de vida saludable, ver a Emir crecer sin la capacidad de comer sus frutas y verduras ha sido doloroso y muchas veces frustrante. Yaya, por el otro lado, siempre ha sido lo contrario. Ella es una amante de las frutas y verduras. Pero volviendo a Emir, respetar sus limitaciones mientras empujaba frutas y verduras se convirtió en un objetivo de por vida para mí, y peso a los retos, nunca me rendí.

Dieciseís años después y con un poco de ayuda del aislamiento que COVID19 ha traído a nuestras vidas, Emir finalmente ha aprendido a disfrutar de sus verduras y frutas. Come todo tipo de verduras y ayer, por primera vez en su vida y por iniciativa propia, peló una banana y se la comió. Se nota que todavía tiene problemas sensoriales. Cerró los ojos antes del primer bocado y siguió cerrándolos mientras masticaba y tragaba cada pieza. “Ha. Estuvo bueno. Ahora me gustan los plátanos”, me dijo inmediatamente después.

En el camino hacia estos días felices, Emir ha tenido problemas para masticar, y grandes frustraciones cuando quería probar o comer algo, pero sus músculos orales no toleraban la textura. Ha necesitado mucho más apoyo para establecer patrones de alimentación saludables y para encontrar el autocontrol y el equilibrio a medida que crecía y comenzaba a probar cosas nuevas que finalmente podía disfrutar pero muchas veces no podía controlar. Darle solo las cosas que podía comer nunca ha sido el caso. Seguí probando e introduciendo nuevos sabores y texturas y aunque me ha llevado 16 años ver resultados finales, finalmente está funcionando.

¿Ha valido la pena? Por supuesto, aprender a alimentar nuestro cuerpo de modo respetuoso y saludable es un regalo inmenso. Estamos construyendo un futuro lo más saludable posible para nosotros. Estamos tomando acción al alimentar nuestro cuerpo con lo mejor posible.

La constancia, la repetición y el buen ejemplo lo son todo y aplican a todas las áreas de desarrollo. Unidas todas creamos el desarrollo integral, ya que un niño bien alimentado es un niño fuerte, un niño feliz y un niño que está listo físicamente para hacer su mejor esfuerzo con un cerebro óptimo y dispuesto a aprender.

Estoy segura de que no todos los niños son iguales y no todos llegarán allí; sin embargo, todos los niños merecen y necesitan la oportunidad de seguir intentándolo, mientras aprenden a cuidarse a sí mismos y ser conscientes de lo que es bueno para sus cuerpos.

Eliana Tardío
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About Eliana Tardío

Eliana Tardío es la mamá de Emir y Ayelén; ambos con síndrome de Down. Reconocida por su trabajo promoviendo la inclusión natural de las personas por su individualidad, Eliana ha sida reconocida por celebridades como Araceli Arámbula, Thalia, María Celeste Arrarás, Karen Martínez, y más. Su historia ha sido compartida por las cadenas mundiales más importantes: Univisión, Telemundo, CNN, y Azteca América. Nombrada Bloguera Latina Inspiración 2014 en USA, en este espacio Eliana comparte sus vivencias y recursos con más de 200.000 visitantes al mes.

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