Eliana con sus dos hijos Emir y Ayelen los abraza de la cintura mirando a la cámara. Ambos sonríen a la cámara. Ella vestida de purpura y el con una camisa negra con blanco.

¿Sabes qué es lo que más nos limita en la vida? Compararnos y comparar a nuestros hijos para medir nuestro valor o el valor de sus esfuerzos. El problema es creer que si el resultado no es igual a todos, no es lo suficientemente bueno. El problema es no ver la capacidad en la diversidad.

Entonces, si el niño comienza una tarea y no avanza como sus pares o su rendimiento es “menor” en comparación a los otros, en vez de defender su derecho a pertenecer con sus capacidades personales, muchas veces somos los mismos padres los que decidimos retirarlo bajo la percepción de que “no sirve o no es lo suficientemente bueno” para eso.

Así es como, cuando nuestros hijos tienen un diagnóstico que influye en su rendimiento en comparación a otros, inmediatamente tomamos decisiones que marcarán sus vidas basados en lo que no pueden hacer, tales como: segregarlo en ambiente exclusivos ya que aparentemente no es lo suficientemente bueno para crecer con el resto o lo suficientemente valioso como para que el resto aprende a reconocer la capacidad en la diversidad.

Hay una analogía que encaja perfectamente aquí, si miramos al cielo y percibimos la perfección de la luna rodeada de estrellas, y tomamos nuestra cámara y le sacamos una foto, y mirando a la foto nos damos cuenta de que no logramos captar su hermosura, no culpamos a la luna y sus estrellas de no ser lo suficientemente bellas, inmediatamente ponemos la responsabilidad sobre la herramienta que carente de capacidad para retratar la hermosura, la perfección, o la magia de estos elementos, nos ha arrojado una imagen borrosa o disminuida.

Así mismo funciona el mundo cuando aprendes a ver a tu hijo como a la persona más perfecta y maravillosa de la existencia humana independientemente de su diagnóstico. Cuando un lente inferior, de baja calidad, o poco alcance trata de captar su capacidad o su valor, te das cuenta que el problema está en la herramienta para medir su capacidad, no en tu hijo.

Es esa la definición del concepto social de discapacidad, la sociedad “discapacita” desde sus carencias y su falta de flexibilidad mental para poder ver la capacidad en la diversidad. La falla está en el lente, uno que siendo estandarizado es adoptado y utilizado por la mayoría de las personas, quitándoles el pensamiento crítico y la curiosidad de saber cómo se vería la vida si decidieran mirarla desde una perspectiva diferente o más amplia.

Con esto te quiero decir algo muy importante: cuando te crees con el alma y el corazón que tu hijo se merece una vida digna y sin límites, dejarás de ver la discapacidad en ella o él, para reconocerla como una carencia en los entornos. Reconocerás que la discapacidad, como la llamamos por razones de justicia social y jurídica, existe resultado de las carencias de los sistemas e incluso de las nuestras para poder ajustarnos a las necesidades de nuestros hijos desde una visión amplia y flexible.

Y ya no tendrás dudas, y aunque a veces sientas miedo, angustia, o cansancio, encontrarás la fuerza por una razón muy simple: porque crees en tus hijos. Pero ojo que esto no se vende embotellado si no se consigue leyendo un artículo, este es un trabajo personal e íntimo que solo tu puedes alcanzar y que dura una vida de ajustes, reflexión y evolución.

Eliana Tardío
¡Conéctate!

About Eliana Tardío

Eliana Tardío es la mamá de Emir y Ayelén; ambos con síndrome de Down. Reconocida por su trabajo promoviendo la inclusión natural de las personas por su individualidad, Eliana ha sida reconocida por celebridades como Araceli Arámbula, Thalia, María Celeste Arrarás, Karen Martínez, y más. Su historia ha sido compartida por las cadenas mundiales más importantes: Univisión, Telemundo, CNN, y Azteca América. Nombrada Bloguera Latina Inspiración 2014 en USA, en este espacio Eliana comparte sus vivencias y recursos con más de 200.000 visitantes al mes.

View all posts by Eliana Tardío