Mientras más crecen mis hijos más oportunidad tengo de ver cómo los esfuerzos de una vida se consolidan en cosas tan naturales como verlos capaces de convivir sin límites en este mundo típico que nos pertenece a todos. También puedo ver cómo a veces las metas para las personas con discapacidades son demasiado grandes y a veces son demasiado pequeñas. A veces el enfoque académico extremo los aisla en vez de integrarlos. A veces la falta de expectativa social y académica y el deseo de protegerlos los priva de su derecho elemental a aprender a utilizar sus propias herramientas en vez de por siempre depender de alguien más.

Muchos dicen que la inclusión se trata de capacidad y bajo ese enfoque se segrega tratando de ganarse ese lugar con educación especial. Pero ocupar el espacio típico que a nuestros hijos les pertenece no es un tema de capacidad sino de derechos. Derechos que les son robados silenciosamente cada vez que el mundo nos hace creer que son demasiado inocentes, buenos o especiales como para pertenecer al mundo de todos. Los aislamos consciente e inconscientemente para protegerlos en vez de incluirlos para enseñarles a defenderse por sí solos.  Y dirán muchos que no todos son iguales y que no todos pueden defenderse, y ahí es donde debemos cambiar la mentalidad para entender que defenderse en el mundo y ser auto-suficientes no se trata de una capacidad específica, sino de la apertura de mente para entender que el sólo hecho de ser parte del grupo ya pone a nuestros hijos en una posición de liderazgo en la cual su sola presencia afecta positivamente el entorno fomentando el respeto y la celebración de la diversidad. Y ese es sólo el comienzo.

Porque no será fácil. No hay duda alguna de eso. Vamos a enfrentar situaciones difíciles e incómodas. Pero son situaciones que tenemos que vivir, enfrentar y superar para dar el próximo paso. Evitarlas o decidir segregarlos para evitarnos el dolor y evitárselos a ellos es una bomba de tiempo que cuando finalmente revienta, se manifiesta como una dolorosa realidad en la cual las personas con discapacidad son confinadas a vidas de asilamiento en las cuáles no tienen oportunidades de independencia a ningún nivel. 

Lamentablemente es doloroso pero totalmente cierto. Las aulas segregadas no gradúan individuos listos para vivir vidas independientes. ¿Cómo transicionamos a alguien de la segregación a la inclusión a edad adulta? Las habilidades sociales no son sujeto de estudio, se aprenden en los retos de la vida cotidiana, y son probablemente las habilidades más importantes que cualquier humano puede poseer. Por amor a nuestros hijos, reflexionemos acerca de esta práctica limitante de sobre-protegerlos y tomemos acción para incluirlos y darles protección a través de las herramientas naturales que ofrece la normalización.  

Eliana Tardío
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About Eliana Tardío

Eliana Tardío es la mamá de Emir y Ayelén; ambos con síndrome de Down. Reconocida por su trabajo promoviendo la inclusión natural de las personas por su individualidad, Eliana ha sida reconocida por celebridades como Araceli Arámbula, Thalia, María Celeste Arrarás, Karen Martínez, y más. Su historia ha sido compartida por las cadenas mundiales más importantes: Univisión, Telemundo, CNN, y Azteca América. Nombrada Bloguera Latina Inspiración 2014 en USA, en este espacio Eliana comparte sus vivencias y recursos con más de 200.000 visitantes al mes.

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