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Hay muchas justificaciones para excluir: Que las personas necesitan más atención, que no tienen la capacidad de comportarse igual que otras, que se estresan o se frustran en ambientes típicos. Las excusas son muchas, sin embargo la realidad es una sola: Excluir es castigar a las personas basados en sus diferencias.

La intención no es juzgar a quienes no comprenden la importancia de la integración natural, sino ayudarles a entender que aunque nadie nace sabiendo y todos hemos cometido errores en el camino, nunca es demasiado tarde para cambiar el destino de quienes amamos, incluidos nosotros mismos.

Como padres de hijos con discapacidad, los padres son víctimas del prejuicio que enfrentan cuando sus hijos están listos para empezar la escuela. La mayoría de las veces y ante la falta de integración natural, los padres asumen que la discapacidad les roba a sus hijos el derecho de tener vidas típicas. Se rinden antes de haber empezado porque no hay apoyo, no hay motivación, y lamentablemente sobra el prejuicio y se carece de esperanza.

Nuestros gobiernos motivan el prejuicio renunciando a su responsabilidad social de crear conciencia para promover la normalización de la discapacidad. Nuestras comunidades son pequeñas y nuestras voces no son los suficientemente fuertes, es por eso que para cambiar la realidad de muchos, hace falta que todos asumamos el compromiso de hablar y exigir que se celebren con bombos y platillos las fechas dedicadas a crear conciencia acerca de la discapacidad. Que no pasen desapercibidas o sean celebradas únicamente por unos pocos, porque el resto siente que es un tema que no le interesa o no le compete.

Como familias de personas con discapacidad, somos víctimas de la falta de información, y ese es el motivo por el cual la inclusión no pasa de manera natural. Cada cual elige creer lo que mejor le parece, porque no hay un compromiso serio y constante de educar a través de los medios de comunicación y medios sociales.

Entonces, cuándo la gente me pregunta cómo ayudar, estas son algunas sugerencias:

  1. Padres y comunidades: Hay que dejar del promover los estigmas sociales de inferioridad y lástima que rodean a los seres humanos con discapacidad. Hay que sobreponerse a la inseguridad propia para darle a los hijos seguridad en si mismos. No es fácil, pero tiene que hacerse si queremos que seamos capaces.
  2. La discapacidad de un hijo o un ser amado no es un instrumento para adelantarse en la cola o recibir un beneficio, a menos que realmente haga falta. Si tu hijo viviendo con una discapacidad puede hacerlo, no lo limites privándolo de ser capaz para ahorrarte el trabajo. Enséñale a tu hijo a hacer su mejor esfuerzo cada día, porque es esa actitud la que le abrirá las puertas a las oportunidades de la vida.
  3. Maestros, educadores, y profesionales al servicio de nuestras familias. No den por hecho que alguien no puede basado en pronósticos médicos o en experiencias previas. Cada persona es única y merece oportunidades y respeto. Si ustedes que tienen los títulos ya perdieron la esperanza antes de comenzar, cómo esperan que los padres tengan alguna. Seamos positivos.
  4. Gobiernos y organizaciones. No podemos cambiar el mundo sin educar. La ignorancia es nuestra peor enemiga. El problema de los padres no es falta de amor, es falta de información y apoyo. El mayor problema es que no saben por lo que están luchando, y que quienes están supuestos a guiarlos y darles a sus hijos un futuro prometedor, no saben cómo hacerlo o no tienen los suficientes apoyos.

En vez de dedicar tanto dinero a escuelas y clases especiales, hagamos el propósito de inyectar esos fondos a favor de la inclusión. Porque si se puede, y mientras más natural sea para los más pequeños crecer y convivir con una persona con discapacidad, más fácil será entender las diferencias y aprender a respetarlas. Mientras más pronto un niño con discapacidad es integrado en un aula común y en su comunidad, más natural es su crecimiento y más pronto se fortalecen sus habilidades.

El fin de todo esto es conseguir la normalización de las diferencias, lo que quiere decir, aprender a convivir unos con otros sin prejuicios de ningún tipo. 

Eliana Tardio
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About Eliana Tardio

En este espacio Eliana comparte su pasión por un mundo inclusivo a través de las historias de integración natural de sus dos hijos, Emir y Ayelén, quienes crecen y desarrollan sus talentos como modelos de diferentes marcas internacionales. Viviendo con pasión, compasión y estilo; esta es una vida totalmente imperfecta que celebra pequeños grandes triunfos mientras interpreta las enseñanzas en los retos. Eliana fue nombrada el 2015 como Mejor Activista Latina en US gracias a Latinos in Social Media.

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