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Hablando un poco de gramática y discapacidad, quería traer a la atención de todos ustedes este comportamiento común del cual deberíamos reflexionar como comunidad. Primero, si no conocen la definición de un adjetivo determinativo – es aquel que identifica al sustantivo para determinar su naturaleza-. Hablando de normalización de la discapacidad, el ejemplo más claro y común de cómo los adjetivos determinativos son utilizados para crear exclusión inconsciente o consciente, es cuando escuchamos a la gente decir cosas como: –“Estos” niños son los más felices del mundo-, refiriéndose a las personas con síndrome de Down. –“Esas” personas son superdotadas aunque no hablan-, cuando hablan de personas con autismo.

La realidad queridos amigos y amigas es que las personas son simplemente personas sin importar su capacidad o discapacidad, y no hace falta ni tiene sentido aislarlas del resto del mundo a través del uso de estos adjetivos, basados en nuestra poca información acerca de su individualidad.

Cuando subo una foto de mis hijos a Facebook, no espero que la gente me diga cómo son ni que esperar de ellos, porque créanme, son mis hijos, y nadie los conoce mejor yo, ni nadie sabe mejor que yo lo que pueden o no pueden. En cambio, espero que las personas realmente interesadas en conocer más y hacer una diferencia positiva en esa nuestra tarea de educar, nos den el honor de compartir con ellas estos momentos de nuestras vidas que lo que buscan es normalizar la percepción de lo que es como individuos, vivir con una discapacidad, y como familia, criar hijos con discapacidad. 

Mi credo no representa la visión general de otros padres, ni busca cambiar lo que otros sienten o necesitan para seguir adelante, pero mi visión es clara y tiene un objetivo específico: Quiero que la gente deje de tratar de convencernos, (a nosotros los padres de hijos con discapacidad), de que nuestros hijos son una bendición, porque como padres creo que todos eso ya lo tenemos claro.

Quiero que quienes están supuestos a educarlos y proveerles servicios, dejen de encasillarlos en adjetivos determinativos con el objeto de justificar su falta de compromiso. – “Estos niños no pueden esto o lo otro.” “Estos niños hacen esto o lo otro a cierta edad.” – Lo que espero de ellos en cambio es que haciendo a un lado sus prejuicios, hagan su trabajo y cumplan la ley universal de integración natural de todos los seres humanos: Ver a las personas como individuos con capacidades únicas y oportunidades reales basadas en ellas. 

Mi hijo mayor cumple 12 años en un par de meses, y hasta la fecha ya me se todos los comentarios, pésames y felicitaciones. No necesito que la gente se acerque a mi para decirme quienes son mis hijos, lo que pueden o lo que no pueden lograr. En cambio, necesito que la intención de quienes se interesan en nuestras vidas sea escuchar y aprender, porque al final es lo que único que todos necesitamos para evolucionar. La educación abre la mente y con cada cosa nueva que aprendemos, tiene el poder de acabar con los prejuicios que tanto nos limitan a todos. Es así como nos puedes ayudar a cambiar el mundo para bien, si realmente tienes fe y respetas a las personas con discapacidad o necesidades especiales de algún tipo.

Eliana Tardio
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About Eliana Tardio

En este espacio Eliana comparte su pasión por un mundo inclusivo a través de las historias de integración natural de sus dos hijos, Emir y Ayelén, quienes crecen y desarrollan sus talentos como modelos de diferentes marcas internacionales. Viviendo con pasión, compasión y estilo; esta es una vida totalmente imperfecta que celebra pequeños grandes triunfos mientras interpreta las enseñanzas en los retos. Eliana fue nombrada el 2015 como Mejor Activista Latina en US gracias a Latinos in Social Media.

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