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Una de las situaciones más comunes cuando uno tiene un hijo con una discapacidad, es que las personas te pregunten, ¿es su niño especial? Podemos caer en el juego sin entender a ciencia cierta lo que este implica y cometer el error de creer que la palabra “especial” es positiva tratando de reemplazar otras que se nos hacen más dolorosas. Pero analicemos porque en tu papel de padre defender la integridad de tu hijo implica clarificar que no es especial, sino único ¿Cuál es la diferencia entre especial y único?

La palabra especial en el caso de las personas con discapacidad es utilizada como un comodín para denotar diferencia y bajas expectivas. Piensa en los momentos en los cuáles esta palabra se utiliza como excusa.

  • Si el niño comete un error, en vez de intentar corregirlo y enseñarle a hacerlo bien, se escuha repetidamente el dicho: “Pobrecito. No entiende. Es especial.”
  • Cuando se lo presenta a otro niño, no en todos los casos, pero muchas veces sin necesidad alguna se advierte al niño típico, “tu amiguito es especial.” Preparamos al niño típico a hacer diferencias en vez de motivar que como pasa con cualquier otro nuevo amigo, se tome el tiempo de de conocerlo de modo individual y ajustarse a sus necesidades como es natural.
  • La palabra “especial” se utiliza para todos lo que implica diferencia. Y no es que todos los servicios “especiales” sean malos, sino que en el caso del individuo no lo favorecen sino que lo segregan.

Literalmente, la palabra especial es definida por el diccionario como, “que es raro, poco corriente o diferente de lo ordinario.” Entonces, como padres, en vez de sentirnos especiales, evaluemos la importancia de sentirnos únicos, lo que quiere decir: no necesitamos ser raros, poco corrientes, o diferentes al resto para ser valiosos en nuestra calidad de seres humanos. Sólo necesitamos ser nosotros mismos. 

Luchemos porque nuestros hijos sean reconocidos como personas únicas, porque probablemente la característica más significativa y prometedora de cualquier ser humano es y será siempre su individualidad. Cuando el individuo se identifica como único no necesita compararse con nadie para demostrar su valor, no necesita ser fuera de este mundo para ser aceptado, y tampoco precisa ser diferente o raro para ganar atención negativa que aparentemente favorece su inclusión.

Por todo ello y para hacer el mensaje directo y conciso, la próxima vez que alguien pregunte, ¿es tu hijo o tu hija especial?considera que tal vez la respuesta más apropiada si estamos en busca de igualdad puede que sea: “No es especial, es único y tiene (condición o diagnóstico.)” De esta manera estaremos colaborando de manera natural y cotidiana a la normalización de la discapacidad para entender que vivir con una discapacidad no es una situación fuera de serie que nos hace o hace a nuestros hijos raros o diferentes, sino que es una circunstancia humana totalmente natural que no necesita de excepciones sino de adecuaciones cuando sea necesario, y normalización en todo momento.

Eliana Tardío
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About Eliana Tardío

Eliana Tardío es la mamá de Emir y Ayelén; ambos con síndrome de Down. Reconocida por su trabajo promoviendo la inclusión natural de las personas por su individualidad, Eliana ha sida reconocida por celebridades como Araceli Arámbula, Thalia, María Celeste Arrarás, Karen Martínez, y más. Su historia ha sido compartida por las cadenas mundiales más importantes: Univisión, Telemundo, CNN, y Azteca América. Nombrada Bloguera Latina Inspiración 2014 en USA, en este espacio Eliana comparte sus vivencias y recursos con más de 200.000 visitantes al mes.

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