Nuestras vidas tienen un sinnúmero de momentos especiales que ciertamente no tienen nada que ver con la circunstancia poco común que vivimos como familia con dos hijos con síndrome de Down.

Como madre de Emir y Ayelén me siento honrada y bendecida en mi labor de madre, pero también orgullosa y motivada en mi rol como profesional y líder comunitario. Los tres unidos hemos creado una comunidad que nos hace a todos sentir valiosos. A través de este vida mundana en la cuales nuestras almas y corazones están conectados en amor y armonía, hemos aprendido los tres juntos a vivir y a soñar, y ciertamente todavía nos falta mucho y nunca terminaremos de crecer.

La crianza típica en una vida que muchos etiquetan como especial es lo que nos ha traído felicidad. Y lo comparto porque constantemente recibo pregunta de otros padres que quieren saber con qué métodos, terapias o incluso, suplementos especiales es que Emir y Ayelén han logrado ser quienes son. La respuesta es simple, ninguno. Ambos han crecido en vidas totalmente típicas. No siguen métodos especiales, ni terapias especiales, ni consumen suplementos especiales.

Reciben educación individualizada, que en mi opinión es la base del aprendizaje para cualquier niño. Son criados con reglas, consecuencias, y expectativas, que es lo que forja el carácter y la personalidad de todos nosotros. No toman suplementos ni vitaminas milagrosas, pero tienen una alimentación equilibrada que en todo lo posible es orgánica y natural.

Los tres hemos pasado por etapas difíciles en diferentes áreas de nuestras vidas. Los tres hemos aprendido a apoyarnos, amarnos, e identificar lo mejor para cada uno de nosotros. Yo como madre he cometido un montón de errores antes de llegar a las respuestas, y ellos como hijos han crecido con el derecho a cometer los propios, y siguen creciendo, descubriéndose, y fortaleciéndose cada día.

Vivimos una vida totalmente típica en la cual la palabra especial se reserva para los milagros que creamos como fruto de nuestro esfuerzo y entrega. Los momentos especiales no llegan junto a la palabra que define al diagnóstico, sino junto a los logros que rompen los límites para demostrarnos que la fe y el amor son el verdadero as bajo la manga.

Resumiendo, esta vida es especial porque nos sentimos bendecidos como familia, no porque existe un condición pre-establecida que define nuestras vidas. Creo que mientras más típica es la vida, más especial se vuelve, porque es solamente entonces cuando dejando de buscar cosas especiales, encontramos miles de respuestas en el regalo de lo ilimitado.

Eliana Tardio
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About Eliana Tardio

En este espacio Eliana comparte su pasión por un mundo inclusivo a través de las historias de integración natural de sus dos hijos, Emir y Ayelén, quienes crecen y desarrollan sus talentos como modelos de diferentes marcas internacionales. Viviendo con pasión, compasión y estilo; esta es una vida totalmente imperfecta que celebra pequeños grandes triunfos mientras interpreta las enseñanzas en los retos. Eliana fue nombrada el 2015 como Mejor Activista Latina en US gracias a Latinos in Social Media.

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