Derecho de Mujer: Todo ha evolucionado
He sido parte del cambio y de la evolución del papel de las mujeres en el mundo. A mis cortos años ya tenía acaloradas discusiones con mi abuela paterna, que me repetía una y otra vez que las mujeres estábamos destinadas a ser madres y esposas, y que una mujer que no sabía cocinar no tenía un buen futuro.
Yo nunca me visualicé a mi misma convertida ni en ama de casa ni en esposa abnegada, ni siquiera tenía la certeza de si algún día querría ser madre, pero si siempre tuve claro que quería ser profesional, manejar empresas, desarrollar proyectos, hacer escuchar mi voz y llevar mis ideas lo más alto que se pueda. Y siempre desde entonces he detenido mi derecho de mujer, a ser la mujer que me de la gana de ser.
Algunas mujeres se casan y se convierten en madres, otras no.
Años más tarde y sin siquiera planearlo, me convertí en esposa, y sí, aprendí a cocinar, y pasé varios años como ama de casa. Ni que se diga de cuando me convertí en madre; tener a mis hijos me cambió totalmente la óptica de la independencia y de la percepción de la realización personal, y así, sin darme cuenta, terminé perdiendo la discusión con mi abuela, porque si, el amor por la familia me mostró otra faceta de mi personalidad que se abrió un espacio en mi vida, sin anular quien siempre he sido en realidad.
Algunas mujeres sueñan con carreras profesionales, otras no.
Con el paso de los años he alcanzando mis metas profesionales, y la verdad me siento muy orgullosa de ello, principalmente porque en el camino he aprendido a balancear todas las tareas que me hacen ser la mujer que soy: La profesional innovadora, la madre amorosa, la mujer independiente, la esposa. Pero el prototipo de mujer perfecta no existe, porque cada mujer tiene la capacidad de sentirse perfecta siendo quien es sin comparación.
La lucha por la igualdad de la mujer no se trata de sentar estereotipos basados en límites ni metas para la mujer, sino de darle la libertad de ser la mujer que le de la gana de ser.
Algunas mujeres quieren ser madres y esposas a tiempo completo, otras no.
Si la mujer quiere ser madre y esposa, que así sea. Si la mujer quiere ser independiente y dedicarse a la vida profesional sin formar un hogar o tener una pareja, bien por ella. Si la mujer lo quiere todo al mismo tiempo y eso la hace feliz, tenemos que celebrarla también.
La mujer es magia; es la mezcla perfecta de sensibilidad, pasión y fortaleza. La mujer se lo merece todo, y realmente tiene un derecho y un don al mismo tiempo, porque realmente la mujer puede ser lo que le de la gana de ser; y eso lo puede lograr con cualquier tipo de zapatos, con o sin maquillaje.
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