Una de las preocupaciones más comunes entre nosotros, los padres, es el comportamiento de los hijos. También lo es entre los profesionales a su servicio, ya que es difícil saber cómo actuar y cómo romper un ciclo si ambas partes no trabajan unidas.

Lo que nos cuesta entender y aceptar como padres, es nuestra responsabilidad, y el efecto que nuestro comportamiento como padre tiene en el de nuestros hijos. Conocemos el problema y sabemos que está afectando el desarrollo e integración de nuestros hijos en su entorno natural, pero al mismo tiempo, y porque consciente o inconscientemente nos sentimos responsables del mismo, evadimos o enmascaramos las soluciones obvias, en vez de tomar acción, empezando por lo obvio:

¡Cambiar nuestro propio comportamiento!

Así que la primera respuesta a la típica pregunta de “¿Cómo logro que mi hijo se porte bien?”, es:

¿Has analizado honestamente cómo tu conducta o comportamiento como padre influencia los comportamientos de tu hijo? ¿Los promueve o los corrige? 

Todos amamos a nuestros hijos y todos queremos demostrarles amor, no hay confusión en esa frase, la confusión llega sin embargo cuando en nuestro deseo de darles amor olvidamos lo más importante:

“El verdadero amor educa pensando en la realidad allá afuera. Si tu hijo no aprende las reglas en casa con amor, posiblemente las tendrá que aprender con hostilidad en la escuela, porque nadie más que tu como padre posee el amor, la paciencia y la devoción hacia ese ser humano”.

Es un grave riesgo que deberás tomar si no haces un buen trabajo en casa.

Todos los padres cometemos errores, y está bien, lo que no está bien es no reconocerlos, asumirlos y repararlos.

Errores Comunes Basados En Nuestro Comportamiento Como Padres

  1. Un error es creer que el niño tiene que diferenciar dónde portarse bien y dónde portarse mal, cuando en realidad el comportamiento positivo es un patrón aprendido que se vuelve parte de los valores de cada persona, y no es selectivo, es en cambio la regla en todo momento. Dado el hecho, no creas que puedes malcriar a tu hijo y permitirle portarse mal en casa porque lo amas, y que este comportamiento no interrumpirá eventualmente su comportamiento en la escuela o en la sociedad.
  2. Justificar las malas actitudes del niño basados en nuestra irresponsabilidad o flojera, para no tener que asumir la responsabilidad de cambiar como padres en busca de ese necesario cambio en el hijo. Un ejemplo típico: “Mi hijo hace pataletas cuando no le doy dulces, entonces se los doy porque la verdad que todos los comemos en casa.” Nuestros hijos son el reflejo de su crianza, y como todos, cometerán errores porque es parte del desarrollo y de entender cómo reacciona el mundo ante los mismos, tu obligación como padre es asegurarte que comprenda las consecuencias con amor, responsabilidad y respeto por los demás.
  3. Ser padres ciegos que no aceptan la humanidad de sus hijos,  y siempre están ahí para rescatarlos de las consecuencias, y solucionar todo por ellos sin escuchar razones. Un ejemplo típico: “Si peleó con alguien seguro que fue porque el otro niño es malo”. “Si le pegó a alguien está bien porque seguro lo estaban molestando”. Hay comportamientos que no son justificables, y parte de educar a nuestros hijos es enseñarles que hay maneras alternativas y más efectivas que por ejemplo, la violencia de cualquier tipo. En la vida real los problemas no se arreglan a golpes, por lo menos no debería ser así, y la comunicación es un ejercicio que se aprende y fortalece desde que nacemos. Enseñarles a nuestros hijos a asumir las consecuencias de sus actos, a pedir perdón cuando es necesario, y a hacer su mejor esfuerzo por cambiar de actitud; es lo que los hace personas conscientes, flexibles y positivas.
  4. Querer que nuestros hijos lo hagan bien porque así lo hemos dicho nosotros, cuando lo que conocen y el ejemplo que reciben en su cotidiano vivir demuestra todo lo contrario. Cuantas veces le pedimos a nuestros hijos que no griten, gritando más fuerte que ellos. Cuántas veces queremos corregir la violencia con más violencia. Cuántas veces les prohibimos a nuestros hijos algo que para nosotros es permitido porque somos los padres. Criar es un compromiso de amor, y los esfuerzos por mejorar nuestras vidas se hacen en familia. Un ejemplo común: “Algunos alimentos son sólo para los padres, no para los niños”. Si tu deseo es que tu hijo aprenda a tener una vida saludable, no puedes conseguirlo privándolo de las cosas basado en su inferioridad como hijo, sino gracias a tu ejemplo para entender que ese es el patrón familiar con respecto a algo.

Si este no es tu caso, y aún así tu hijo está presentado problemas de comportamiento, no dudes en solicitar una evaluación profesional para determinar la causa y poder ayudar a tu hijo. Mientras más pronto tomes acción, más fácil será poder ayudarlo.
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Eliana Tardio

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About Eliana Tardio

En este espacio Eliana comparte su pasión por un mundo inclusivo a través de las historias de integración natural de sus dos hijos, Emir y Ayelén, quienes crecen y desarrollan sus talentos como modelos de diferentes marcas internacionales. Viviendo con pasión, compasión y estilo; esta es una vida totalmente imperfecta que celebra pequeños grandes triunfos mientras interpreta las enseñanzas en los retos. Eliana fue nombrada el 2015 como Mejor Activista Latina en US gracias a Latinos in Social Media.

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