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Ocho meses atrás fui invitada a participar del Proyecto con Barbie, una experiencia emocionante tanto para mi hija como para mí. Después de recibir una caja de ensueños llena de Barbies, el experimentó comenzó y así continúo durante los próximos meses. Estas son nuestras reflexiones jugando con Barbie.
Como madres, jugar con nuestras hijas es algo divertido e inspirador, es maravilloso descubrir las pequeñas ideas que hay dentro de esa cabecita, pero es todavía aún mejor descubrir que tienen la capacidad de transformar todo lo que tocan con su imaginación; incluso la personalidad de una de las muñecas que genera los pensamientos más divididos entre aquellos que la aman y la idealizan, y quienes la juzgan y critican.
Cada pequeña persona de esta edad tiene esta maravillosa habilidad de transformar. Como padres tenemos la tendencia a subestimar este regalo individual, olvidándonos que es el juego el reflejo de las cosas que les enseñamos cada día, del amor que reciben de nosotros a cada momento. Y ese amor, ese amor es la influencia más grande de sus vidas.
Después de conocer la fábrica de Barbie en Los Angeles, puede comprobar la dedicación y la pasión envuelta en cada muñeca, en cada pequeña pieza y en cada accesorio; eso me hace pensar que el vestido de fiesta que Barbie está utilizando sentada a la hamaca, no ha sido diseñado con este fin, pero ella nunca se queja, ni esta ni ninguna de las veces; en vez de ello pasa horas interminable de juego allí sentada con mi hija Ayelén. Barbie tiene los zapatos más lindos y maravillosos que cualquier mujer podría soñar, pero muchas veces mi hija decide dejarla caminar descalza y simplemente divertirse. Barbie es el reflejo de la personalidad y los intereses individuales de mi hija.
Y aunque muchos digan que Barbie siempre se ve perfecta, la realidad en nuestra casa es otra, ni ella se ve siempre perfecta, tampoco Ayelén, pero sin importar lo enredadas que estén, siempre tienen cosas lindas que decirse la una a la otra. Esta es la verdadera belleza de Barbie, convertirse en el espejo donde mi hija puede expresarse. Y todo lo que dice y todo lo que hace, es lo que tiene dentro de su corazón.
Ver a mi hija jugar es el mejor regalo del mundo, este comportamiento típico y común no parece nada del otro mundo, pero al mismo tiempo es la demostración más mágica de su habilidad de crear, imaginar y pretender. Estos 8 meses de juego documentado han sido increíbles, y estoy feliz y agradecida con Barbie por haber llegado a nuestra casa.
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