Cuando era pequeña a menudo conversaba con mi mamá acerca del futuro. Tengo memorías frescas de sus palabras diciéndome “Eliana, con esa capacidad de influenciar a los demás deberías ser Abogada” Cuando fui creciendo su impresión de mi cambió y una tarde me llamó y me dijo: “Qué tal si estudias Relaciones Internacionales, creo que con tu elocuencia podrías ser política”                                                                      

Tanto creyó en mi esa mujer, que desde que tengo uso de razón recuerdo haber sido su mayor inversión.

Me pasé las tardes de mi niñez entre una clase y otra. Aprendí oratoria, liderazgo, lectura veloz, inglés, francés, arte y hasta auto-reflexión. Mi madre tenía puestas en mí todas sus esperanzas, ya que como lo he compartido antes, desde que yo era muy pequeña ella sabía que sufría de cáncer.

Cuando cumplí 14 años, mi madre ya estaba postrada en una cama sin poderse levantar.

Me llamó a su habitación y me pidió que me sentará a sus pies, y comenzó a soñar. Esos son los recuerdos más grandes que tengo de mi madre, su fe en mi. Por esos días un grupo cristiano se acercó mucho a nuestra familia con el propósito de orar por mi mamá, recuerdo que le pidieron que redactara una carta a Dios, labor que mi madré me encomendó con todo su amor.

Redacté la carta en un papel que arranqué de un cuaderno. No me acuerdo que fue lo que escribí pero si se que lo escribí con el alma. Me senté a su lado y la leí despacio, respetando cada punto y cada coma, mientras respiraba hondo controlando las ganas de llorar.

Cuando levanté la mirada, por su mejilla habían corrido un par de lágrimas, y me dijo “Ya se lo que tienes que ser Eliana, tienes que ser escritora. Oradora, tienes que encontrar un propósito que mueva el mundo”, y sonrió.

Desde ese día le dije a todo el mundo que quería ser escritora. Ya conocida en mis años de adolescencia por rebelde e idealista, me acuerdo que muchas personas me decían que de escribir no se puede vivir, que la gente no lee, que los recursos se agotan. Pero yo siempre supe que había nacido con una misión.

Mi mamá Zulema haciéndome romper la piñata a mis 3 añitos

Al poco tiempo mi madre entró en coma.

Mi tío me preguntó si yo estaba lista para tomar una decisión y hablar con el doctor y por supuesto le dije que si. El doctor me explicó que ya no había nada para hacer, que el cáncer había corroído cada uno de los órganos y de los huesos de mi mamá y que lo único que mantenía su corazón latiendo eran los respiradores y las máquinas. Yo le pedí que ya no la haga sufrir más amarrándola a una vida que ya no era suya, y él me explico que pasarían horas hasta que su corazón dejará de latir, aunque ya se consideraba que médicamente había fallecido. Lo que el doctor no sabía era que su alma sería eterna.

Recuerdo el apoyo invaluable de una amiga a la que nunca más volví a ver: Brenda Oliva. También el juicio de las personas que se decían ser amigas de mi madre, que en vez de darme apoyo me pusieron encima más dolor.

Cuando el doctor dijo que ya su corazón había parado de latir, le tomé la mano a mi madre y le prometí que íbamos a estar bien. De repente abrió los ojos y me dijo algo que nunca voy a olvidar: “ama a tus hijos” y se fue para siempre.

Un mensaje final bastante confuso para una jovencita de 15 años que ni siquiera soñó nunca con convertirse en madre, pero así fue.

Hoy 18 años después aquí estoy, amando a mis hijos mientras cumplo el sueño de mis 15 años y el augurio de mi madre, convertirme en escritora y haber encontrado la misión que mueve mi vida: el amor.

perder-madre-dolor

Todavía la extraño, todavía la amo, y siempre la voy a amar. Todavía hay noches en las que me acuesto soñando con soñarla. Creo que nunca la voy a dejar de necesitar.

Pero algo que se, es que esta felíz y orgullosa mirándome del cielo, no porque sea yo la mejor persona del mundo, pero porque es mi mamá, y eso es lo que hacemos nosotras las mamás: Amar a nuestros hijos sin condición porque ante nuestros ojos son los mejores. Eso lo aprendí de mi madre.
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Eliana Tardio
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About Eliana Tardio

En este espacio Eliana comparte su pasión por un mundo inclusivo a través de las historias de integración natural de sus dos hijos, Emir y Ayelén, quienes crecen y desarrollan sus talentos como modelos de diferentes marcas internacionales. Viviendo con pasión, compasión y estilo; esta es una vida totalmente imperfecta que celebra pequeños grandes triunfos mientras interpreta las enseñanzas en los retos. Eliana fue nombrada el 2015 como Mejor Activista Latina en US gracias a Latinos in Social Media.

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10 Comments on “Perder a Una Madre Es Un Dolor que Nunca Se Acaba”

  1. Que bello :) Tu Mami tenia razón, eres escritora, eres oradora, tienes una misión y tu mueves montañas. Que alegria llamarte mi amiga y tenerte en mi vida. Te quiero :)

  2. Awww, me dejaste sin palabras, es cierto el dicho que una madre nunca se equivoca y se que dondequiera que este ella siempre cuidará de ti y de tus hijos.Un abrazo.

  3. Waooo me hizo llorar lo emotivo de tu relato. Tu mamá invirtio muy bien y tuvo sus frutos. Eres una gran mujer, escritora y sobre todo una madre que adora a sus hijos. Bendiciones. En mi niñez mi madre casi muere de cáncer y eso hizo que mi mar hiciera de mi una persona muy independiente. Yo sólo tenía 8 años y era la hermana mayor, por lo cual ella me solto el mundo, me enseño lo bueno y lo malo, a ser sobre todo responsable de mis actos.Por suerte mi madre sigue viva. Hoy 30 años después el cáncer reaparecio en ella y esperamos que nuevamente le gane la batalla.
    Te admiro y respeto mucho por tu valentía y hoy entiendo que todo ese buen ser humano que eres, viene de una gran mujer: Tu mamá. Paz en su tumba, y sientete orgullosa porque se que ella lo esta también.

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